Negociando desde febrero
El tira y afloja entre Ayuntamiento y policías comenzó a principios de febrero de 2018, cuando empezaron las negociaciones. En un principio se negociaba con la Dirección de la Policía y ningún sindicato estuvo de acuerdo con lo planteado por Manuela Carmena.
Según relatan fuentes consultadas, cuando se acercó el verano tres organizaciones sindicales apoyaban lo ofrecido: Comisiones Obreras, UGTy UPM. Este trío de sindicatos suman 13 delegados sindicales frente a los 18 que suman CPPM y CSIT-UP, pero la firma de uno solo de ellos podría dar luz verde al nuevo convenio.El inicio de la etapa estival estaba señalada en rojo para Carmena debido a la alta cantidad de eventos que acoge Madrid
El inicio de la etapa estival estaba señalada en rojo para Carmena. La alta cantidad de festivales de musica, conciertos, fiestas patronales y de barrios que confluyen en la capital durante esos meses necesitan de un despliegue de seguridad de gran importancia y vital coordinación. Y desde el palacio de Cibeles no querían llegar con un conflicto que les podía estallar en cualquier momento.
Por eso, desde julio, quien capitanea las negociaciones por parte de Ahora Madrid es el concejal responsable de Seguridad, Javier Barbero, quien ya ha tenido sus más y sus menos con ciertos sectores de la Policía que dirige.
Mejoras en otros sectores municipales
De vuelta al problema, CSIT-UP y CPPM se niegan a firmar un acuerdo que, aseguran, les deja muy lejos de una equiparación con otros sectores municipales que han visto cómo en los últimos años sus condiciones laborales han ido mejorando.
Las fuentes consultadas explican que para mantener los contactos en aras de avanzar hacia un acuerdo, todas las partes se reunían dos veces por semana, los lunes y los miércoles. Allí ponían luz y taquígrafos: había una persona que recogía en un acta todo lo que se decía, lo que se firmaba y los puntos discordantes.Las fuentes consultadas explican que para mantener los contactos en aras de avanzar hacia un acuerdo, todas las partes se reunían dos veces por semana, los lunes y los miércoles. La gota que ha colmado el vaso de la paciencia de los policías ha sido percatarse que, últimamente, esas actas o bien no les eran entregadas o, cuando lo hacían, no recogían todos los puntos ni todo lo que se decía.
Aparte del sueldo, esgrimen que los trabajadores públicos en toda España han visto cómo se les reclasificaba para mejor dentro de las distintas categorías que maneja la Administración, pero que sin embargo ellos se han quedado estancados. “No sabemos si es porque nos tienen asco o qué les pasa con nosotros”. Además denuncian que se ven obligados a doblar turnos constantemente por la falta de personal, algo que se incrementará el año que viene cuando se jubilen 700 agentes.